viernes, 3 de julio de 2009

¿ESCUCHAR?


¿Alguna vez nos hemos preguntado si sabemos escuchar? ¿Cuánto de nuestra capacidad comunicativa la empleamos para hacerlo? ¿Es lo mismo oír que escuchar?

Ciertamente estas son algunas reflexiones que esta vez deseo compartir contigo.

En nuestro proceso de comunicación, emitimos muchos mensajes y recepcionamos otros, los cuales dependerán de la eficiencia en que los transmitamos o recepcionemos para lograr su cabal comprensión. Sin embargo, enfocando nuestro punto a la capacidad de escucha, estos casi siempre no son comprendidos debido a que, en la mayoría de los casos, nos dedicamos a oír y muy pocas veces a escuchar.

Se define el oír como la capacidad de percibir sonidos a través del aparato auditivo sin dedicar alguna intención predeterminada, es decir, percibimos todos los sonidos que se generan a nuestro alrededor de manera involuntaria; en cambio, escuchar es poner atención a los sonidos logrando descubrir sus mensajes. Pero, para comprender estos mensajes, es preciso llegar a cierto nivel en la capacidad de escucha.

¿Sabías que, al igual que existen niveles para la comprensión te textos también los hay para escuchar? Sí, es así. Existen cuatro niveles, los que a continuación paso a explicar:

  • Primer nivel: Escucha desconectada

Es cuando nuestra mente está en otro lugar al momento de recepcionar un mensaje que en primera instancia captamos con intención, y que por temor a ser descubierto respondemos a nuestro interlocutor con un “así”, “claro”, “ajá”…

  • Segundo nivel: Escucha competitiva

Aquí nuestro mensaje lo escuchamos a medias. Esto porque estamos ideando la manera de dar nuestra opinión de manera rápida, por lo que interrumpimos constantemente el diálogo con la finalidad de demostrarnos que somos capaces y competentes.

  • Tercer nivel: Escucha verbal

Es este nivel estamos muy atento a las palabras; sin embargo, dejando de lado los mensajes que ofrece la comunicación no verbal. Esto es referido al tono de voz, gestos, posturas entre otras.

Sabías que, nosotros empleamos sólo el 7% de nuestra comunicación verbal, el 38% corresponde al tono y timbre de voz y el 55% a los gestos y posturas, por lo que si no atendemos adecuadamente a la comunicación no verbal, estamos perdiendo el 93% de los mensajes.

  • Cuarto nivel: Escucha empática

Es el nivel más alto de nuestra capacidad de escucha y al que todos debemos apuntar. Se refiere a poner atención tanto a los mensajes emitidos de manera verbal como los no verbales en nuestro proceso comunicativo. Aquí dejamos de lado nuestro ego para ponernos en el lugar de otro y así hacer más efectiva nuestra comunicación.

Si todos nos empeñáramos a lograr el cuarto nivel, es seguro que se evitarían muchos de los conflictos en que nos vemos atrapados en las diferentes relaciones de nuestra vida: familiar, de pareja, laboral, social, etc. Y así viviríamos en un ambiente de armonía y bienestar.

La pregunta ahora es: ¿A qué nivel de la capacidad de escucha quieres llegar?